ACERCA DEL GENOCIDIO BOLIVIANO

El día viernes 26 de agosto el periódico Página SIETE registra, en la sección de opiniones un artículo dedicado a la baja calidad de la educación, según el autor Guillermo Mariaca Iturri, un genocidio que tiene como causantes principalmente a los maestros. Aclaremos de principio, para evitar se interprete que reaccionamos emotivamente, los maestros somos los primeros en reconocer  la crisis por la que atraviesa nuestra educación. Pero de lo que se trata es ver dónde está la causa de esta crisis.

Primero fue el Vicepresidente Álvaro García y ahora el señor Guillermo Mariaca que señalan como autores principales del desastre educativo a los maestros. El primero dice, con motivo de la entrega de un establecimiento en Tarija, “a los maestros les hemos dado todo, establecimientos nuevos, material educativo, cursos de formación complementaria PROFOCOM y una Reforma Educativa que es una maravilla, pero ¿qué pasa? ¿Por qué no mejora la educación?” Se pregunta. Bueno pues, entonces, aquí están fallando los profesores, concluye. Ahora viene el articulista Mariaca para decirnos que estamos convirtiendo a nuestros alumnos en zombis. Claro que menciona al Estado y a cierta dirigencia sindical como parte de la responsabilidad; pero no, son los maestros los principales quienes están transformando a los alumnos en “monstruos descerebrados y opas”. Para este señor la causa de esta tragedia “No es la pobreza general del país, el ingreso económico de los padres, la infraestructura de las escuelas, ni siquiera el diseño curricular”. La causa está en la mala formación de los maestros.

Si la cosa esta así, entonces ¿quién podrá salvar a la educación, los académicos, licenciados de la universidad? De la que seguramente es producto el señor Mariaca. Pero, tomando en cuenta el nivel que le corresponde ¿la Universidad está mejor que la escuela? La formación integral de los estudiantes, en lo físico, intelectual y moral; del conocimiento de la realidad, que esa es una verdadera educación, no está presente ni en la escuela ni en la universidad.  Ambos han separado el trabajo manual y el trabajo intelectual; no se realiza el proceso natural del conocimiento de aprender con las manos para elevarse a los niveles de abstracción intelectual.

La instrucción cívica que reclama Mariaca, la formación en derechos, ha estado presente como asignatura desde hace mucho tiempo en la escuela, pero no está en manos de los profesores que se ejecute, que se respete los “derechos y la libertad”. ¿Conciencia crítica? Eso está prohibido, no se puede criticar el estado de cosas actual, menos al gobierno, que eso es inculcar política partidaria; el maestro que incurra en esa falta es sancionado.

Concretizando, debemos señalar que instrucción es diferente a la educación integral. El aprender a leer y escribir es internalizar una herramienta.  En base a una encuesta realizada por el municipio de La Paz, cuyos resultados son alarmantes, en porcentaje muy por debajo de los peruanos,  como que estaríamos a ras del suelo  en lectura y matemáticas. Para Mariaca los culpables de este resultado son los maestros. Sobre este punto, habemos maestros que hemos pasado por las dos últimas reformas educativas. La 1565, la de Ipiña Melgar, y la actual Ley 070, llamada Abelino Siñani – Elizardo Pérez. Ambas un fracaso. La primera, constructivista con su método globalizado los niños debían aprender a leer y escribir de acuerdo a su “propio ritmo” sin atentar su “autoestima”, es decir, que al garabato que hiciera no había que decirle que estaba mal. Al final no había que alarmarse, algún momento aprendería; por eso se estableció la promoción automática. Alarmados los maestros porque sus alumnos no aprendían a leer y escribir, decidieron burlar el control de los “asesores pedagógicos”, apenas se iban éstos sacaban su texto tradicional para obtener algún resultado en la lectura. Antes, recuerdan los maestros, enseñaban y los alumnos aprendían a leer y escribir en 3 meses. La actual Ley 070 incorpora el famoso PSP (Proyecto Socio Productivo) que los tienen jalados a los maestros y alumnos porque los tienen entretenidos todo el año con la planificación, organización de ferias, exposiciones y posterior informes debidamente ilustradas con fotos, gráficos sobre el “reciclaje de la basura”, “rescate de la comida de nuestros abuelos”, “seguridad ciudadana”, “Contra la drogadicción”, “desfiles y marchas con carteles sobre la conservación del medio ambiente”, “ritos y costumbres ancestrales” y una infinidad de actividades improvisadas desde la dirección distrital y que los directores deben hacer cumplir a rajatabla a los maestros. ¿En qué tiempo y espacio los maestros podrán incidir mayormente en la lectoescritura y las cuatro elementales operaciones matemáticas? Al final, también, en los hechos existe la promoción automática. El Ser (valores) y el Decidir (cambio de actitud) dimensiones altamente subjetivas, más la autoevaluación del alumno que se debe respetar, ya ha pasado de curso el alumno. ¿Es o no cierto, entonces, cuando los profesores calificamos a la reforma educativa como subjetiva, anticientífica y retrograda?

Sobre la complicidad de la dirigencia sindical a nivel nacional, es evidente, en cuanto se refiere a la anterior gestión, aliados del “proceso de cambio”. Actualmente, la nueva dirección sindical, producto del Congreso Nacional de maestros urbanos en Riberalta, donde se ha denunciado las consecuencias desastrosas de la aplicación de la Ley 070, hemos presentado un pliego petitorio, hace más de cuatro meses, que el Ministerio de Educación lo ignora y no hay respuesta hasta la fecha.

 

Julián Aranda Ordoñez

SECRETARIO DE ASUNTOS PEDAGÓGICOS de la CTEUB

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